MIS TERRORES PERSONALES
Los miedos interiores que me acompañan desde la infancia
REFLEXIONES


No disfrutaría escribiendo historias de terror si no fuera por la huella que, desde la infancia hasta hoy, imprimen en mí ciertos fenómenos, ya sean reales o imaginarios. La inquietud sobre qué podría haber debajo de la cama, el fuerte latir del corazón ante un ruido inesperado cuando no hay nadie más en casa o la respiración acelerada ante una sombra que has visto moverse o ante esa sensación de que alguien pasa a tu lado cuando sabes que estás solo. Todos hemos vivido estas situaciones cuando éramos niños y en este post voy a compartir contigo los arquetipos del terror que para mí han sido, y todavía son, los más relevantes e influyentes en mi escritura:
Fantasmas: ¿Cuántas veces hemos escuchado a nuestros padres decirnos «los fantasmas no existen» cuando éramos pequeños? Seguro que infinidad de ellas. Y les hemos creído, claro que sí. Nos lo decían con su mejor intención. Yo me recuerdo de niño repetirme a mí mismo «los fantasmas no existen porque papá o mamá me lo ha dicho, así que esa es la verdad». Pero cuando crecemos, ¿de verdad seguimos creyéndolo? ¿Y qué hay de esas historias que alguien de confianza nos ha contado alguna vez sobre encuentros con alguien que ya había fallecido? Me viene a la memoria una de ellas que me contó un amigo, y que quizá lea este post, que una vez, cuando aún vivía en casa de sus padres, al regresar del trabajo vio a una vecina de confianza sentada en el salón. Sin dar más importancia fue a otra habitación y cuando volvió ya no estaba. Cuando llegaron sus padres le comunicaron que esa persona había fallecido hacía escasas horas. Esa historia aún me sigue estremeciendo cuando me viene a la mente en soledad.
Espejos: Si lo piensas, el espejo es un objeto extraño, que en principio refleja la realidad, pero no como es, sino de manera simétrica. Es decir, si te pones frente a uno con algo escrito (agarrando un libro o con una camiseta con algún mensaje), verás las letras al revés por la simetría. ¿Qué reflejan y que ocultan los espejos? Tengo entendido que, según una creencia judía, cuando alguien muere deben tapar o quitar los espejos porque cabe el riesgo de que absorban el alma del fallecido y se quede atrapada en ellos. Al respecto, os diré que cuando hice con mi hijo el Tour de los fantasmas de Madrid, una visita guiada por los lugares de la capital en los que ha acontecido algún suceso misterioso o sobrenatural, la historia que más me impactó fue la de aquella mujer muerta de forma violenta cuya alma permaneció en el espejo del ascensor del edificio donde vivía, siendo vista su imagen por algunas personas al subir o bajar. Te confieso que yo mismo en ocasiones evito mirar el espejo de mi casa cuando lo utilizo.
Casas y hoteles vetustos: ¿Qué historias habrán ocurrido en esos lugares en los que vamos a pernoctar? ¿Qué tipo de energía albergarán sus muebles y paredes? ¿Quién habrá vivido y quién habrá fallecido allí? ¿Qué secretos conocen, y no te quieren contar, sus dueños y empleados? Cuando entro en alguna de estas casas u hoteles siento una energía muy especial, sobre todo en los pasillos y en la habitación en la que me va a tocar dormir. Precisamente, a veces me cuesta conseguir eso: dormir.
Ouija: Con este objeto, voy más allá del terror: es aversión lo que siento por él. Nunca he practicado la ouija ni lo haré jamás. Muchas de las tragedias ligadas al mundo del misterio comenzaron con una inocente sesión de espiritismo. Tengo el convencimiento de que es una puerta no sé muy bien a qué, pero a algo malo. Quizá solo a nuestra mente, si, pero en un estado que escapa a nuestro control. El célebre expediente Vallecas, único caso paranormal con atestado policial en España, fue una tragedia que empezó con una de esas sesiones. Con fantasmas, espejos o casas encantadas podría llegar a colaborar con alguna investigación si me lo propusieran, pero NUNCA participaría en una sesión de ouija.
Pues estos son algunos de mis miedos, terrores, obsesiones... como quieras llamarlos. Están ahí, en segundo plano. Son una parte fundamental del sustrato creativo desde el que escribo mis historias ficticias.
¿Qué hay de ti? ¿Cuáles son tus terrores? ¿Qué te da miedo de manera genuina? Me encantaría que dejaras un comentario y me lo contaras.

