EN LA CRIPTA

El relato que me quitó el sueño

LIBROS QUE ME INFLUYERON

David Hernández

7/5/20252 min read

Hace años, muchos años, me enganché a los relatos de H. P. Lovecraft. Recuerdo esa edición de tapa blanda de Alianza Editorial en la que se recopilaban. Con un diseño antiguo, rústico, poco atractivo, pero lo mejor, como suele suceder en la vida, estaba en el interior.

Hubo muchos que me gustaron. Al autor se le suele recordar más por los que se englobaban dentro de los mitos de Cthulhu, exponente del llamador horror cósmico fundamentado en esos seres que venían de otros mundos para instalarse entre nosotros, los terrícolas, sugiriendo así esa amenaza permanente que, cuando se desvela, supera nuestra capacidad de comprensión, y por eso mismo nos da tanto miedo. De esos destacaría El horror de Dunwich o El color que vino del espacio.

Pero ninguno de ellos me perturbó tanto como En la cripta, que ni siquiera pertenecía a los mitos, sino a los conocidos como relatos de Nueva Inglaterra. Os cuento.

Poneos en situación. Yo contaba entonces con diecisiete o dieciocho años y tenía la costumbre de leer en la cama un rato antes de dormir. Solía llevarme lectura más o menos ligera: un tebeo de Mortadelo y Filemón, un cómic de Tintín o algún libro de historias cortas. Pues bien, hubo una noche en el que decidí hincarle el diente literario a En la cripta, que daba título al volumen recopilatorio que lo incluía. Me dije algo así como «voy a leerme este, que es cortito, solo tiene diez páginas» y a ello me dispuse.

Empecé con esa sensación de incertidumbre por si el sueño me va a hacer concluir la lectura antes de terminar el relato, pero al poco las nieblas de mi mente se disiparon. ¡Y de qué manera!

No podía dejarlo. No podía disponerme a dormir sin saber qué iba a ser del sepulturero Birch.

Recuerdo perfectamente las sensaciones. Primero, mente despejada; después, inquietud; más adelante, angustia; por último miedo. Puro terror. Sudando, con el corazón latiendo fuerte en la garganta y esa sensación opresiva que te tienta con cerrar el libro de golpe y olvidarlo. Pero seguí y lo acabé.

Aquella noche me costó conciliar el sueño mucho más de lo habitual. Y En la cripta dejó para siempre una impronta en mi alma de lector y contador de historias inquietantes. Era tan solo un adolescente, sí, pero aquel relato, en apariencia sencillo, hace emerger nuestro miedo ancestral a lo sobrenatural, a lo que pudiera perdurar tras la muerte.

No te lo quiero destripar más. El relato merece que lo leas con ojos nuevos, limpios. Por favor, conéctate con el adolescente que fuiste y sumérgete en él. Como si no hubieras leído este post. Y luego me cuentas.