DRÁCULA VS FRANKENSTEIN
¿Drácula, de Bram Stoker o Frankenstein, de Mary W. Shelley? ¿Cuál es mejor?
LIBROS QUE ME INFLUYERON


De entre todos los libros clásicos de terror destacan dos de ellos por su popularidad: Drácula, de Bram Stoker y Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary W. Shelley. Ambos han conseguido elevar un personaje a la categoría de mito. No hay ser humano en el mundo civilizado que no sepa quiénes son.
Pero, ¿de verdad los conocemos tan bien? Permitidme que lo dude. Son ya tan familiares, tan manidos, tan recurrentes, que pensamos que ya no necesitamos leer las novelas que los crearon. Hoy voy a contaros mi experiencia con sus respectivas lecturas.
En otros espacios he compartido que Drácula fue la novela que me reconcilió con la literatura cuando tenía 15 años. Un 2º de B.U.P. caótico, un mal profesor de Literatura y un verano plagado de exámenes de recuperación me hicieron aborrecer los libros. Pero tuve la fortuna de que, como me gustaba el terror, un amigo me prestase esta maravillosa novela que me mantuvo absorto entre sus páginas, como si el tiempo no existiera. No podía parar de leer aquellos diarios de Jonathan Harker, de Mina Murray (después Mina Harker), de Lucy Westenra, del doctor Seward... Prometo que no estoy consultando los nombres: desde entonces quedaron presentes en mi memoria para siempre.
Frankenstein acabó entre mis manos en mis tiempos de universitario estudiante de Filosofía, a los 19 o 20 años. Teníamos una asignatura llamada Estética en la que una profesora (en esta ocasión buena) nos explicó el concepto romántico de lo sublime como lo que supera al ser humano con belleza aterradora. Ejemplo de ese terror deleitable era la novela de Mary W. Shelley y, con la curiosidad encendida, lo tomé prestado de la biblioteca de la facultad y lo leí. Es verdad que me gustó y, movido por esa misma curiosidad, al poco tiempo tuve la ocasión de ver la película Remando al viento, una coproducción dirigida por Gonzalo Suárez, que me pareció una verdadera obra maestra. Quien no la haya visto, por favor, que la vea.
¿Cuál de los dos prefiero? Quienes me conocen, ya saben la respuesta. Drácula es para mí más que una novela. Es mi libro favorito leído a la edad adecuada. Es re-conocer el mito del vampiro desde la óptica de unos personajes que acaban entrelazados en una apasionante aventura contra esa criatura maligna llegada a Londres desde lejanas tierras del Este. Y es también, para mí, un libro que ensalza el valor de la amistad hasta las puertas de la misma muerte, por lo que puede resultar muy recomendable para los adolescentes.
Frankenstein siempre ha tenido un reconocimiento más unánime por la crítica, mientras que a Drácula por aquel entonces no se le daba mucho más valor que el de haber creado un mito que perdura en el tiempo. Frankenstein era la calidad narrativa y Drácula el entrenamiento. Pues bien, yo, desde mi humilde opinión, discrepaba: la Literatura le debía algo más de reconocimiento a Bram Stoker y a su obra culmen.
Para mí, Drácula era mejor, con un narrador múltiple encarnado en cada uno de los personajes, con sus personalidades y estilos propios. Además, en los momentos terroríficos, daba más miedo. Frankenstein sugería, sin ánimo de desvirtuarlo, más bien tristeza. El no muerto de los Cárpatos seduce a la par que aterroriza, mientras que el muerto viviente sobrecoge solo por ser la plasmación en la realidad del deseo prohibido de su creador.
Drácula lo he releído varias veces. Al menos en tres ocasiones, que con la lectura primeriza sumarían al menos cuatro. Frankenstein lo leí una vez y me gustó, sí, me pareció muy bueno, pero como tantos otros libros muy buenos en mi vida.
Lo cierto es que, con el paso del tiempo, he conocido más personas entusiasmadas con Drácula que con Frankenstein. Los eruditos dirán lo que quieran, o lo que estimen, pero el pueblo es soberano: Drácula es más terrorífica, más conmovedora, y con una mayor riqueza en sus personajes. En Frankenstein, destacan el concepto de lo sublime y el mérito de que la autora era una mujer, que no era poca cosa para los tiempos que corrían. Yo, estimados lectores, a la hora de escoger me quedo con el vampiro de Transilvania.

